China lanza su propia versión de Starlink al órbita: la observación del cielo será aún más difícil

¿Qué es Starlink y por qué China quiere competir con él?

Starlink es un proyecto de la empresa estadounidense SpaceX, fundada por el multimillonario Elon Musk, que tiene como objetivo crear una constelación de miles de satélites en órbita baja de la Tierra para proporcionar internet de alta velocidad y bajo costo a cualquier lugar del planeta.

China, que considera a Starlink como una amenaza para su soberanía y seguridad nacional, ha decidido lanzar su propio sistema de internet satelital, llamado Hongyun. El nombre significa “nube roja” en chino y hace referencia al color de la bandera nacional.

¿Cómo funciona Hongyun y cuáles son sus objetivos?

Hongyun es un proyecto de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC), la principal contratista del programa espacial chino3. Consiste en una red de 156 satélites que orbitarán a una altitud de unos 1.000 kilómetros, cubriendo todo el territorio chino y parte de Asia, África y Europa.

El objetivo de Hongyun es ofrecer servicios de comunicación, navegación, observación de la Tierra y transmisión de datos a usuarios civiles y militares, especialmente en zonas remotas o con infraestructura deficiente. También se espera que Hongyun contribuya al desarrollo de la economía digital, la educación, la salud y la seguridad pública en China.

¿Qué impacto tendrá Hongyun en la astronomía y el espacio?

Hongyun, al igual que Starlink, plantea varios desafíos para la astronomía y el espacio. Por un lado, el aumento del número de satélites en órbita baja puede generar más contaminación lumínica, lo que dificulta la observación del cielo nocturno y el estudio de los objetos celestes. Por otro lado, el incremento del tráfico espacial puede aumentar el riesgo de colisiones y de generación de basura espacial, lo que puede dañar o destruir otros satélites o misiones espaciales.

Para mitigar estos problemas, tanto SpaceX como CASC han tomado algunas medidas, como reducir el brillo de sus satélites, mejorar su maniobrabilidad y facilitar su seguimiento y control . Sin embargo, algunos expertos consideran que estas medidas son insuficientes y que se necesita una mayor cooperación internacional y una regulación más estricta del uso del espacio .

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