La FTC denuncia a Microsoft por los despidos en Activision Blizzard tras la adquisición
Microsoft se enfrenta a una demanda de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) por los despidos que realizó en su división de videojuegos, incluyendo la recién adquirida Activision Blizzard, solo tres meses después de anunciar la compra de esta última por 69.000 millones de dólares. La FTC alega que los despidos contradicen las declaraciones que Microsoft hizo al tribunal de que Activision Blizzard operaría de forma independiente y sin solapamientos con la empresa matriz. Además, la FTC considera que la adquisición supone una amenaza para la competencia en el mercado de las consolas de videojuegos, los servicios de suscripción de contenido y el streaming en la nube.
Antecedentes
Microsoft anunció en octubre de 2022 su intención de comprar Activision Blizzard, una de las mayores desarrolladoras de videojuegos del mundo, responsable de franquicias exitosas como Call of Duty, World of Warcraft, Diablo y Overwatch. La operación, valorada en 69.000 millones de dólares, sería la mayor de la historia de la industria del videojuego y la mayor de Microsoft hasta la fecha.
La adquisición generó preocupación entre los reguladores antimonopolio de varios países, que iniciaron investigaciones para determinar si la fusión podría reducir la competencia y la innovación en el sector. La FTC fue una de las primeras en oponerse al acuerdo, presentando una demanda en diciembre de 2022 para bloquear y revertir la operación. La FTC argumentó que la compra de Activision Blizzard permitiría a Microsoft suprimir a los competidores de sus consolas Xbox y de su negocio de suscripción de contenido y streaming en la nube, que incluye el servicio Xbox Game Pass y la plataforma xCloud.
La FTC también señaló el historial de Microsoft de adquirir y usar contenido de videojuegos valioso para excluir a las consolas rivales, como ocurrió con la compra de ZeniMax, la empresa matriz de Bethesda Softworks, otra desarrolladora de renombre. Microsoft decidió hacer exclusivos de Xbox varios títulos de Bethesda, como Starfield y Redfall, a pesar de las garantías que había dado a las autoridades antimonopolio europeas de que no tenía incentivos para retener los juegos de las consolas de la competencia.
Desarrollo
A pesar de la oposición de la FTC, Microsoft logró cerrar la compra de Activision Blizzard en enero de 2023, aprovechando una laguna legal que le permitía completar la transacción sin esperar a la resolución del litigio. Sin embargo, la FTC no se dio por vencida y siguió adelante con su demanda, presentando recursos para bloquear y revertir el acuerdo tan recientemente como en diciembre de 2023.
La FTC recibió un nuevo motivo para cuestionar la adquisición cuando se supo que Microsoft había despedido a más de 1.900 empleados de su división de videojuegos, incluyendo a muchos de Activision Blizzard, solo tres meses después de haberla comprado. Según Microsoft, los despidos formaban parte de un “plan de ejecución” que reduciría las “áreas de solapamiento” entre Microsoft y Activision Blizzard, lo que contradecía la sugerencia de Microsoft al tribunal de que las dos empresas operarían de forma independiente tras la fusión.
La FTC presentó una queja sobre los despidos en febrero de 2024, alegando que Microsoft había engañado al tribunal y al público sobre sus verdaderas intenciones con respecto a Activision Blizzard. La FTC solicitó al juez que ordenara a Microsoft restablecer los puestos de trabajo eliminados y que impidiera a Microsoft realizar más despidos o cambios en la estructura o el funcionamiento de Activision Blizzard sin la aprobación previa de la FTC.
Consecuencias
La demanda de la FTC supone un nuevo obstáculo para Microsoft en su intento de consolidar su posición en el mercado de los videojuegos, que es uno de los más lucrativos y de mayor crecimiento del mundo. Microsoft ha apostado fuerte por expandir su catálogo de juegos exclusivos y su oferta de servicios de suscripción y streaming, que le permiten llegar a más usuarios y generar más ingresos recurrentes. La compra de Activision Blizzard le daría acceso a algunas de las franquicias más populares y rentables del sector, así como a una base de 154 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo.
Sin embargo, la FTC no es el único regulador que se opone al acuerdo. La Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA, por sus siglas en inglés) también ha iniciado una investigación sobre la adquisición, alegando que podría dañar la competencia y los intereses de los consumidores en el mercado de los videojuegos. La CMA ha ordenado a Microsoft que suspenda la integración de Activision Blizzard hasta que se complete la investigación, que podría durar hasta agosto de 2024. Si la CMA determina que la fusión es perjudicial, podría imponer condiciones o incluso bloquear el acuerdo.
Microsoft, por su parte, ha defendido su compra de Activision Blizzard, argumentando que beneficia a la industria y a los jugadores, al impulsar la innovación, la diversidad y la seguridad en el sector. Microsoft también ha negado que tenga planes de hacer exclusivos de Xbox los juegos de Activision Blizzard, y ha afirmado que seguirá ofreciéndolos en otras plataformas, siempre que cumplan con sus estándares de calidad y responsabilidad. Microsoft ha expresado su confianza en que podrá resolver las preocupaciones de los reguladores y completar la integración de Activision Blizzard lo antes posible.
Conclusión
La adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft es una de las operaciones más ambiciosas y controvertidas de la historia de los videojuegos, que podría cambiar el panorama competitivo del sector. Sin embargo, la operación se enfrenta a la oposición de varios reguladores antimonopolio, que temen que Microsoft abuse de su posición dominante y perjudique a la competencia y a los consumidores. La FTC ha presentado una demanda contra Microsoft por los despidos que realizó en Activision Blizzard tras la compra, alegando que contradicen las promesas que hizo al tribunal. La demanda se suma a la batalla legal que la FTC mantiene con Microsoft para bloquear y revertir el acuerdo. El resultado de este conflicto podría tener consecuencias importantes para el futuro de los videojuegos.
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