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Destiny 2: ¿Qué le espera al juego tras un año difícil?
Destiny 2: los ingresos están muy por debajo de las proyecciones, despidos y reestructuración de PlayStation
Destiny 2 es un videojuego de disparos en primera persona desarrollado por Bungie y publicado por Activision. El juego se lanzó en septiembre de 2017 para PlayStation 4, Xbox One y PC, y en noviembre de 2020 para PlayStation 5 y Xbox Series X/S. El juego ha recibido varias expansiones y actualizaciones desde su lanzamiento, pero también ha enfrentado varios problemas y críticas por parte de los jugadores y la industria.
En este artículo, analizaremos algunos de los desafíos y cambios que ha experimentado Destiny 2 en los últimos años, como la caída de los ingresos, los despidos, la separación de Activision, la reestructuración de PlayStation y el futuro del juego.
Los ingresos están muy por debajo de las proyecciones
Según un informe de SuperData, una empresa de análisis de mercado de videojuegos, Destiny 2 generó 300 millones de dólares en ingresos digitales en 2020. Esta cifra es un 36% menos que los 471 millones de dólares que el juego recaudó en 2019, y muy por debajo de las expectativas de Bungie.
Una de las razones de esta caída es la competencia de otros juegos populares del mismo género, como Call of Duty: Warzone, Fortnite, Apex Legends o Valorant. Estos juegos ofrecen una experiencia similar o mejor que Destiny 2, pero con un modelo de negocio más atractivo para los jugadores, como el free-to-play o el battle royale.
Otra razón es la saturación del mercado de los juegos de disparos en primera persona. Los jugadores tienen muchas opciones para elegir, y Destiny 2 no ha logrado diferenciarse lo suficiente o innovar lo bastante para mantener el interés y la fidelidad de su público.
Además, Destiny 2 ha sufrido problemas técnicos y de contenido que han afectado a su calidad y reputación. Algunos ejemplos son los errores, los bugs, los hackers, el equilibrio, la progresión, la variedad, la narrativa o el endgame. Estos problemas han provocado que muchos jugadores se sientan frustrados, aburridos o decepcionados con el juego.
Despidos y reestructuración de PlayStation
La caída de los ingresos ha tenido consecuencias negativas para Bungie y sus empleados. Según un informe de Bloomberg, Bungie despidió a más de 30 personas en los últimos dos años, incluyendo a algunos veteranos y líderes del estudio. Estos despidos se debieron a razones económicas, pero también a conflictos internos y acoso laboral.
Además, Bungie tuvo que enfrentarse a una reestructuración por parte de Sony, uno de sus principales socios comerciales. Sony decidió cambiar su estrategia para el mercado japonés, reduciendo su presencia y su inversión en el país. Esto afectó a Bungie, que tenía una gran base de jugadores en Japón, y que dependía del apoyo y la promoción de Sony para Destiny 2.
Bungie tuvo que adaptarse a esta nueva situación, buscando otras formas de llegar a su público japonés y asiático. Una de las medidas que tomó fue lanzar Destiny 2 en Steam, la plataforma líder de distribución digital de videojuegos para PC. Esto le permitió acceder a un mercado más amplio y diverso, pero también le supuso nuevos retos y competidores.
La separación de Activision
Uno de los acontecimientos más importantes e inesperados que vivió Destiny 2 fue la separación entre Bungie y Activision, la empresa que publicaba el juego. Esta separación se anunció en enero de 2019, después de más de ocho años de colaboración.
La separación fue vista como una liberación por parte de Bungie, que recuperó el control total sobre Destiny 2 y sus derechos intelectuales. Bungie ya no tenía que cumplir con las exigencias y los plazos de Activision, que a menudo eran vistos como restrictivos, opresivos y contraproducentes para la creatividad y la calidad del juego.
Sin embargo, la separación también supuso una pérdida de recursos y apoyo para Bungie, que tuvo que asumir todos los costes y responsabilidades de Destiny 2. Bungie ya no contaba con el respaldo financiero, logístico y de marketing de Activision, ni con la ayuda de otros estudios asociados, como Vicarious Visions o High Moon Studios.
Bungie tuvo que reorganizar su estructura y su planificación para afrontar el futuro de Destiny 2 por su cuenta. Una de las decisiones que tomó fue cambiar el modelo de negocio del juego, pasando de un sistema de expansiones anuales a un sistema de temporadas trimestrales. Esto le permitió generar ingresos más regulares y ofrecer contenido más frecuente y variado a los jugadores.
El futuro de Destiny 2
A pesar de todos los obstáculos y dificultades que ha enfrentado Destiny 2, el juego sigue vivo y con planes de futuro. Bungie ha anunciado que tiene previsto lanzar al menos dos expansiones más para el juego: The Witch Queen en febrero de 2024 y Lightfall en 2025. Estas expansiones prometen continuar la historia y el lore del juego, introducir nuevas mecánicas y actividades, y mejorar la experiencia de los jugadores.
Además, Bungie ha expresado su intención de seguir apoyando y actualizando Destiny 2 más allá de 2025, sin necesidad de crear una secuela o un nuevo juego. Bungie quiere que Destiny 2 sea un juego vivo, dinámico y duradero, que se adapte a los cambios y las demandas del mercado y de los jugadores.
Para lograr este objetivo, Bungie tendrá que enfrentarse a varios retos y desafíos, como mantener el equilibrio entre la calidad y la cantidad del contenido, optimizar el rendimiento y la estabilidad del juego, escuchar y satisfacer las necesidades y expectativas de los jugadores, innovar y sorprender con nuevas propuestas e ideas, y competir con otros juegos similares o superiores.
Destiny 2 es un juego con un pasado turbulento, un presente incierto y un futuro prometedor. Solo el tiempo dirá si Bungie será capaz de cumplir con su visión y su misión, y si Destiny 2 será recordado como un éxito o un fracaso.
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